¿Pagan muchos impuestos las empresas?
En el concierto internacional, Chile tiene una de las tasas de impuesto a la renta a las empresas más bajo del mundo. Sin embargo, y de acuerdo a un informe reciente de la OCDE, nuestro país se encuentra en el cuarto lugar de recaudación, sólo bajo Noruega, Australia y Nueva Zelandia. Supera así a 28 otros países, tales como Japón, España, Estados Unidos, Holanda, Suecia, etc. ¿Cómo se explica esto?
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Franco Brzovic
El sistema a la renta en su relación entre empresa y socios, es una estructura inédita hoy en el mundo. El régimen libertario adoptado en este esquema hace más de 30 años, consistente en que la empresa paga un impuesto denominado de Primera Categoría cuando obtiene utilidades, y sus socios o accionistas, cuando lo retiran, explica en buena forma el éxito económico del país.
Es interesante hacer notar que en Chile el ingreso de las empresas duplica al de las personas, hecho bastante diferente a lo que ocurre en aquellos desarrollados, particularmente europeos, en que es justamente a la inversa, incluso más extremo. Esto se entiende, entre otras razones, a que más del 80% de las personas de nuestro país se encuentran exentos del impuesto personal.
Para razonar sobre estas cifras y conceptos, primeramente debemos clarificar que el informe de la OCDE se refiere a recaudación y no tasas de impuestos, y su medida está en función al porcentaje del PIB. Así, en Noruega es el 12,94%, Australia, el 6,65%, Nueva Zelandia 5,79% y Chile 5,60%. El más bajo es Turquía con un 1,47% y México, 0%.
Lo anterior demuestra principalmente que la eficiencia en recaudación es un activo importante en nuestro país. Recordemos que el sistema que nos rige es el de auto denuncia de las rentas, esto es, el contribuyente debe declarar sus rentas, lo que se ha reforzado con los adecuados y efectivos controles del Servicio de Impuestos Internos. Esta fórmula explica la alta recaudación y lugar que ocupamos en la OCDE, como asimismo el prestigio de un país serio en materia tributaria.
En consecuencia, teniendo una de las tasas más bajas del impuesto a las empresas, nuestra ubicación en dicho cuarto lugar es una muestra de que la inédita estructura tributaria administrada eficientemente en Chile, es un éxito.
En este contexto, en julio pasado se dictó una ley destinada a obtener recursos para la reconstrucción, aumentando transitoriamente la tasa del impuesto de las empresas medianas y grandes a un 20% y 18,5% para los años calendarios 2011 y 2012, respectivamente. Por otra parte, eximió permanentemente de este impuesto a empresas cuyas ventas no superen las 28.000 unidades tributarias mensuales en el ejercicio, con tope de utilidades de 1.440 unidades tributarias mensuales al año, sumando otras exigencias, entre ellas, excluyendo a las sociedades cuyas rentas provienen de inversiones y de servicios calificados como de segunda categoría, esto es servicios profesionales o de ocupaciones lucrativas.
Si se tratara de explicar por qué se resolvió legislativamente de esa manera, las razones pudieran ser variadas y más allá de la recaudación para la reconstrucción, el gobierno y el Congreso, al aprobar esa ley, han visto el futuro con optimismo en el crecimiento de las empresas y oportunidad a los emprendedores, haciendo uso como medio eficiente nuestra estructura tributaria a la renta.